13 diciembre 2011

.:: ¿QUÉ RESPUESTAS DAS A LAS PREGUNTAS DE TUS HIJOS? ::.

Aquí el padre cristiano tiene una gran oportunidad. 

Yo sé que a veces es extremadamente difícil;
pero al responder a sus preguntas, se le ofrece una ocasión especial.
Me gusta la forma en que el asunto es introducido en Deuteronomio 6:20: "Mañana cuando te preguntare tu hijo, diciendo: ¿Qué significan los testimonios y estatutos y decretos que Jehová nuestro Dios os mandó? Entonces dirás a tu hijo: Nosotros éramos siervos de Faraón en Egipto, y Jehová nos sacó de Egipto con mano poderosa".
En otras palabras, vendrá el día cuando los hijos hagan preguntas como estas: "¿Por qué hacen ustedes esto o aquello? El padre y la madre de mi amiguito hacen esto, ¿Por qué no lo hacen ustedes?". Allí ha recibido una oportunidad de criar a su hijo 'en la disciplina y amonestación del Señor'. Pero para aprovechar la oportunidad debemos saber la respuesta correcta y estar capacitados para darla. No puede 'dar razón de la esperanza que hay en usted', no puede criar a sus hijos en la disciplina y amonestación del Señor a menos que conozca su Biblia y su enseñanza.

"¿Por qué no hacen ustedes esto, por qué no hacen aquello? Los padres de mis amigos pasan las noches en casas públicas; pero tú no lo haces. Ellos pasan las noches en clubes, pasan las noches bailando; pero tú no; ¿Por qué? ¿Cuál es la diferencia?
 
Cuando sea interrogado de esa manera, no aleje su niño ni diga: "Bien, como ves, nosotros somos completamente diferentes, y así es como nosotros preferimos hacerlo". No; en cambio querrá decir a su hijo: "Para comenzar, diremos que en el interior todos somos iguales; y no nos comportamos de esta forma diferente por ser naturalmente mejores que otros. No es esa la explicación. No es que yo tenga un temperamento y los otros padres tengan uno diferente. Todos nosotros somos 'nacidos en pecado', por naturaleza todos somos esclavos de diferentes cosas. Dentro de todos nosotros hay algo que está mal; hay un principio del mal en todos nosotros y ninguno conoce verdaderamente a Dios. 

Ahora bien, la diferencia es ésta, que Dios me ha hecho ver cuan equivocadas son ciertas cosas. Pero yo todavía sería como los padres de tus amigos si no fuera que crea y sepa que Dios ha enviado a su único Hijo, al Señor Jesús, de quien ya has oído, a este mundo para rescatarnos, y librarnos". 

De esa manera introduce el evangelio; pero uno mismo debe decidir cuánto va a introducir. Ello depende de la edad del niño. Pero conteste sus preguntas, hágale saber, hágale saber exactamente cuando él hace sus preguntas por qué vive como vive. No se lo debe imponer, no debe predicarle; pero si él hace sus preguntas, entonces dígaselo, explíqueselo con toda sencillez. A medida que va creciendo, profundice sus enseñanzas; pero esté siempre dispuesto a contestar sus preguntas. 

Conozca sus propios argumentos, entienda su evangelio, edifíquese a sí mismo, para que pueda enseñarlo a otros y transmitirlo.
De esa manera será capaz de criar a sus hijos en la 'disciplina y amonestación del Señor'.

 Que sus hijos escuchen regularmente la palabra de Dios. 

Si hacen preguntas al respecto, contéstelas.

En la medida de su capacidad instrúyalos en la Palabra de 

Dios. Sea sabio, sea juicioso. 

No haga de ello algo insípido, algo odioso o aburrido. Conviértalo en algo que ellos esperen, algo que ellos quieran y en lo cual se deleiten…

No hay comentarios:

Publicar un comentario