Al igual
que la resistencia del corredor no aumenta hasta correr más allá de sus
límites anteriores, nuestra fe no crece hasta que no somos colocados en
condiciones que requieren más fe de la que hayamos tenido anteriormente.
Nuestro amor no crece hasta que no somos colocados en una situación que
requiere más de lo que hemos tenido anteriormente.
Lo mismo ocurre con nuestra paciencia, nuestra fe, y demás. Por esta
razón, mientras sigamos en el camino de la vida, podemos esperar
atravesar algunas pruebas que nos ayudan a crecer. Cuando aprendemos
esto, estas pruebas ya no son algo que evitar, sino que las abrazamos
como oportunidades para el gozo del que habla Santiago.
"Nunca reprobamos –o suspendemos– las pruebas de Dios, simplemente
las repetimos hasta aprobar". Creo que la mayoría de nosotros estamos
listos para dejar de tomar las mismas pruebas una y otra vez, así que
aprobemos y sigamos avanzando. Entonces recibiremos el premio que Dios
da a todos los que superan sus pruebas: ¡Otras aún mayores!
Una cosa es verdad: Cuanto mayor sea la prueba, más grande es la
oportunidad de entrar en el reino. Esta verdad fortaleció a los santos
en el siglo primero, como leemos en Hechos 14:22: "Fortaleciendo a los
discípulos y animándolos a perseverar en la fe. "Es necesario pasar por
muchas dificultades para entrar en el reino de Dios", les decían".
Sólo las personas débiles, inmaduras o engañadas, son incapaces de
ver las dificultades como puertas de entrada al reino, y como
oportunidades de crecimiento en el fruto del Espíritu, que significa
madurar en Cristo.
Aquellos que quieren vivir vidas de escape, los que puedan evitar
toda prueba, son los que no maduran. Lo triste es que aun así tienen
dificultades a causa de no enfrentarse a las mismas, y en lugar de ser
fortalecidos por ellas, terminan siendo vencidos.
Estas personas van de fracaso en fracaso, normalmente creciendo en autocompasión en lugar de en la naturaleza del Señor.
Cuando
aprendemos cómo somos fortalecidos en el Señor al pasar las pruebas, y
vemos cómo la victoria es mucho más agradable al experimentar una
victoria tras otra, en lugar de salir vencidos de una situación,
comenzamos a ver las pruebas más grandes como oportunidades para obtener
aún mejores victorias, lo cual nos lleva a adentrarnos aún más en el
reino.
Todas las pruebas de Dios se hacen con el libro abierto, donde las
respuestas están a nuestro alcance. Sin embargo, no basta con sólo
conocer las respuestas, sino que hemos de vivirlas. La verdadera prueba
de si creemos al Señor, es si vivimos de acuerdo a su Palabra. Decide
hoy y todos los días de tu vida que nomaldeciras las pruebas, sino que
las reconocerás y las superará
Dios te bendiga y haga Prosperar tu Camino.
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