19 enero 2012

CRECEMOS AL IR MÁS ALLÁ DE NUESTROS LÍMITES ANTERIORES



Al igual que la resistencia del corredor no aumenta hasta correr más allá de sus límites anteriores, nuestra fe no crece hasta que no somos colocados en condiciones que requieren más fe de la que hayamos tenido anteriormente. Nuestro amor no crece hasta que no somos colocados en una situación que requiere más de lo que hemos tenido anteriormente.

Lo mismo ocurre con nuestra paciencia, nuestra fe, y demás. Por esta razón, mientras sigamos en el camino de la vida, podemos esperar atravesar algunas pruebas que nos ayudan a crecer. Cuando aprendemos esto, estas pruebas ya no son algo que evitar, sino que las abrazamos como oportunidades para el gozo del que habla Santiago.

"Nunca reprobamos –o suspendemos– las pruebas de Dios, simplemente las repetimos hasta aprobar". Creo que la mayoría de nosotros estamos listos para dejar de tomar las mismas pruebas una y otra vez, así que aprobemos y sigamos avanzando. Entonces recibiremos el premio que Dios da a todos los que superan sus pruebas: ¡Otras aún mayores!

Una cosa es verdad: Cuanto mayor sea la prueba, más grande es la oportunidad de entrar en el reino. Esta verdad fortaleció a los santos en el siglo primero, como leemos en Hechos 14:22: "Fortaleciendo a los discípulos y animándolos a perseverar en la fe. "Es necesario pasar por muchas dificultades para entrar en el reino de Dios", les decían".

Sólo las personas débiles, inmaduras o engañadas, son incapaces de ver las dificultades como puertas de entrada al reino, y como oportunidades de crecimiento en el fruto del Espíritu, que significa madurar en Cristo.

Aquellos que quieren vivir vidas de escape, los que puedan evitar toda prueba, son los que no maduran. Lo triste es que aun así tienen dificultades a causa de no enfrentarse a las mismas, y en lugar de ser fortalecidos por ellas, terminan siendo vencidos.

Estas personas van de fracaso en fracaso, normalmente creciendo en autocompasión en lugar de en la naturaleza del Señor.

Cuando aprendemos cómo somos fortalecidos en el Señor al pasar las pruebas, y vemos cómo la victoria es mucho más agradable al experimentar una victoria tras otra, en lugar de salir vencidos de una situación, comenzamos a ver las pruebas más grandes como oportunidades para obtener aún mejores victorias, lo cual nos lleva a adentrarnos aún más en el reino.

Todas las pruebas de Dios se hacen con el libro abierto, donde las respuestas están a nuestro alcance. Sin embargo, no basta con sólo conocer las respuestas, sino que hemos de vivirlas. La verdadera prueba de si creemos al Señor, es si vivimos de acuerdo a su Palabra. Decide hoy y todos los días de tu vida que nomaldeciras las pruebas, sino que las reconocerás y las superará

Dios te  bendiga y haga Prosperar tu Camino. 

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