10 enero 2012

El Precio de Seguir a Cristo


¿Cuál ha sido el precio más alto que usted ha tenido que pagar en esta vida por algo que consideraba de mucho valor?
¿Qué tuvo que sacrificar para obtener lo que más quería?
 ¿Su tiempo, su dinero, su familia, su salud, sus amistades, su comodidad?
A veces lograr una meta, alcanzar un objetivo soñado, tiene un alto precio para muchas personas.


Algunos de nosotros hemos dicho en algún momento: “No sabes lo que me costó terminar mi carrera”; “Sufrí muchísimo para llegar al éxito en mi profesión”; “Tuve que sacrificar todo, hasta mis metas personales y mi salud, por ayudar a que mis hijos sean lo que hoy son”; “Perdí todo para recuperar la salud de mi esposa”. 


En esta vida todo tiene un precio, y algunas cosas tienen un costo muy elevado.


Y lo que más nos ha costado, es lo que más valoramos.

Así también le damos muy poco valor a lo que nos ha costado poco o nada ¿Cuánto te ha costado tu vida?

 Nada, por eso para muchos la vida no vale nada
¿Y tu familia cuánto te ha costado? Casi nada, por eso la mayoría no la valora. Valoramos más nuestra casa, nuestros bienes, nuestro prestigio, por lo que nos ha costado.
¿Cuánto ha costado tu salvación? A Nosotros, nada, por eso son pocos los que la valoran como debe ser. Pero a Cristo le costó todo Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús 2:6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 2:7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; Filipenses 2:5-7)
Cristo renunció a ser Dios, a su dignidad, a su posición en el cielo y se hizo como un hombre mortal; aún se bajó más y se hizo siervo de los hombres.
(y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. V.8)
Pero todavía se humilló más, volviéndose como un despreciable criminal que terminó en la muerte más denigrante y horrible que un hombre pudiera sufrir: la muerte de cruz. Todo lo hizo por amor, porque valoró más nuestra salvación que su propia vida. Cristo pagó el precio más alto (Mateo 6:24Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.).


1. NOSOTROS SOMOS DISCIPULOS DE JESUCRISTO. ¿QUE ES LO QUE SIGNIFICA SER DISCIPULO DE CRISTO?


Es negarse a sí mismo ¿Cómo es negarse a sí mismo? Es decir NO en todos los momentos de la vida al yo y si a Dios. Negarse a sí mismo es de una vez y para siempre destronar tu yo y entronizar a Dios. 


Negarse a sí mismo quiere decir borrar el yo como principio dominante de tu vida y hacer que Dios sea la pasión que domine toda tu vida. Una vida de constante negación del yo es la vida de un discípulo de verdad. 


Cuanto más obedeces la palabra de Dios, más te vas a negar a ti mismo “Yo no quiero perdonar a mi enemigo, pero qué quiere Dios”;Le maltraté a mi empleado y tengo que pedirle perdón, pero eso es muy humillante para mí, no quiero, pero la Biblia dice que debo hacerlo”; Eso es negarse a sí mismo.


Negarse a sí mismo es poner por encima de tu deseo la voluntad de Dios, considerando la necesidad TUYA DE HACER LA VOLUNTAD DE DIOS PARA NO PERDER TU VIDA. 


Ese fue el mismo sentir de Cristo (V.5) Puso nuestra necesidad por encima de su propia necesidad y murió para darnos salvación.


Es tomar nuestra cruz ¿Qué quiso decir Jesús cuando dijo: “Toma tu cruz y sígueme”? Vamos a empezar por lo que no quiso decir. Muchas personas creen que la cruz es una carga que deben llevar toda su vida: Mi esposa/o, mi enfermedad, mi suegra. Pero eso no fue lo que quiso dar a entender Jesús cuando dijo: “Toma tu cruz y sígueme”.


Cuando Jesús llevó su cruz hasta el Gólgota para ser crucificado, nadie pensaba en la cruz como símbolo de llevar una carga. 


Para una persona en el primer siglo, la cruz significaba solo una cosa: la muerte de la manera más dolorosa y humillante que un ser humano podía sufrir.


Dos mil años después, los cristianos ven la cruz como un símbolo precioso de la expiación, el perdón, la gracia y el amor. Pero en tiempos de Jesús, la cruz representaba la muerte más horrible.


 Debido a que los romanos forzaban a criminales condenados a cargar con su propia cruz hasta el lugar de la crucifixión, llevar una cruz significaba cargar con el instrumento de su ejecución, mientras se enfrentaba a las burlas y maldiciones en el camino de su muerte (Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), Gálatas 3:13).


Por lo tanto, “Toma tu cruz y sígueme” significa estar dispuesto a morir para seguir a Jesús. Esto se llama “morir a sí mismo” Es un llamado a la entrega absoluta. Cada vez que Jesús mandó a llevar la cruz, dijo (Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.


 Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Mateo 16:25-26) El llamado parece duro, pero la recompensa es inigualable.


2. LA CRUZ SEPARA A LOS VERDADEROS CREYENTES DE LOS FALSOS.


Dondequiera que Jesús iba, atraía a miles de personas. A pesar de que esas multitudes lo siguieron a menudo como el Mesías, otras veces le seguían solo por el pan y los milagros. Otros creían que Él les libraría de la opresión de los romanos. Incluso sus propios discípulos pensaban que el reino sería muy pronto (Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente.Lucas 19:11) Muchos de los que siguen a Jesús hoy no son muy diferentes (ejemplos).


Pero cuando Jesús comenzó a enseñar que El iba a morir a manos de los líderes judíos y sus gobernantes romanos, su popularidad se vino abajo y muchos de sus seguidores sorprendidos lo rechazaron (Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Mateo 16:21-22)
 

En verdad, no fueron capaces de hacer morir sus propias ideas, planes y deseos, y cambiarlos por los de Él.



Seguir a Jesús es fácil cuando la vida se vive sin problemas. Pero nuestro verdadero compromiso con El se pone de manifiesto durante las pruebas. Jesús aseguró que las pruebas vendrán a sus seguidores (Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. Juan 16:33) El ser seguidor de cristo exige sacrificio y Jesús nunca ocultó su costo. 

Tal vez en algún momento nos hayan enseñado que Jesús murió en la cruz para hacernos fácil la vida y para cumplir todos nuestros sueños, dice su palabra deléitate en Jehova y el te concederá las peticiones del corazón.!


(Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas.
9:58 Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.
9:59 Y dijo a otro: Sígueme. El le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre.
9:60 Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios.
9:61 Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Lucas 9:57-61) 

Estas tres personas parecían dispuestas a seguir a Jesús, pero cuando Él les dijo el precio vio que su compromiso era solo a medias. No querían pagar el costo de seguirle. Estar  dispuesto a negarse a sí mismo y tomar su cruz crucificando sus propios intereses y hacer lo que Dios Pide el propósito suyo en nosotros.


(V.62) Jesús no les rogó  ¿Cuántas personas responderían a un llamado al altar que diga: “Venid en pos de Jesús, y es posible que pierdan muchos amigos, a familiares, su reputación, su carrera, e incluso su vida”? 


3. ANTES DE TOMAR LA CRUZ DE CRISTO DEBERIAS CONSIDERAR ESTAS PREGUNTAS


¿Estás dispuesto a seguir a Jesús aún si eso significa perder a tus amigos más cercanos?
¿Estás dispuesto a seguir a Jesús aún si eso significa el rechazo total de tu familia?
¿Estás dispuesto a seguir a Jesús aún si eso significa la pérdida de tu reputación?
¿Está dispuesto a seguir a Jesús aún si eso significa perder tu trabajo?
¿Está dispuesto a seguir a Jesús aún si eso significa perder tu vida?


Seguir a Jesús no significa necesariamente que todas estas cosas te van a pasar, pero sí tienes que responder ¿estás dispuesto a tomar tu cruz? Si llega un momento en tu vida en la que te enfrentes a una elección: Jesús o las comodidades de la vida ¿Qué vas a elegir? “Otro día Jesús, hoy no”.


El compromiso con Cristo significa tomar tu cruz cada día, abandonando tus esperanzas, sueños, posesiones, e incluso tu propia vida si llega a ser necesario por la causa de Cristo. Sólo así, si voluntariamente tomas tu cruz puedes ser llamado su discípulo (Lucas 14:27).


La recompensa es muy grande y vale la pena pagar el precio (Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido.
10:29 Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, 
10:30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna.
Marcos 10:28-30) Jesús siguió Su llamado de morir a Sí mismo (Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse.
14:34 Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad.
14:35 Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora.
14:36 Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú
Marcos 14:33-36)
Si verdaderamente deseas ser discípulo/a de Jesús este es el precio (Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
8:35 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.
8:36 Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? 
8:37 ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? 
8:38 Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.
Marcos 8:34-38).


Lucas añade con intuición divina una palabra a este mandamiento de Jesús: “Que cargue con su cruz diariamente” Lo que realmente importa no son los grandes momentos de sacrificio, sino la vida que se vive en forma consciente de las demandas de Dios y de las necesidades de los demás. Por eso, la vida cristiana es una vida sacrificial.
Debe seguir a Jesucristo. Es decir, debe rendirle a Él una obediencia total. La vida cristiana es un constante seguir a nuestro Líder, una obediencia constante en pensamiento, palabra y obras, a Jesucristo.

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